31 enero, 2024

El alma creadora


Ser artesano artístico sin corsés ni vínculos significa abrazar la creatividad como una fuerza que se despliega con libertad.

Es innegable que toda creación requiere técnica y destreza, aspectos que son susceptibles de ser aprendidos. Un escritor talentoso, por ejemplo, pasa horas sumergido en la lectura. Cualquier forma de arte demanda, en primer lugar, el pulido de sus formas. Por ello, considero esencial que el buen artista domine la técnica que pretende desarrollar.

Pero una vez superado este aspecto básico, ¿dónde están los límites de la creatividad? ¿El creador se especializa o necesita explorar diferentes formatos para expresarse?

Existen artistas que, afortunadamente, dominan elementos formales de diversas disciplinas artísticas como la poesía, la música, el video o la pintura. Sin embargo, no se consideran especialistas en ninguna de ellas, ni mucho menos maestros de algo en particular. Para ellos, las Bellas Artes son disciplinas complementarias dentro de un mismo proceso creativo.

La creatividad no se limita a la maestría en una disciplina; es más bien un estado de ánimo que impulsa a expresar aquello que llevamos dentro de la manera más estéticamente bella posible. Y, por supuesto, disfrutar compartiéndolo. Aunque algunos artistas creen por pura necesidad terapéutica, la mayoría considera fundamental compartir lo creado como parte inherente del proceso artístico. Es un ciclo que empieza con la creación como necesidad personal, pasa por el deseo de compartir y culmina con la interpretación, valoración y crítica del público.

En este contexto, aquellos que imaginan mundos escribiendo, componiendo, pintando, entre otras actividades, encuentran su máxima satisfacción al combinar diferentes formas de expresión para transmitir un mismo contenido.

Un poema es hermoso por sí solo, pero recitado con música de fondo adquiere una nueva dimensión de belleza. Si además se acompaña de ilustraciones o videos alusivos al tema, el poema se transforma en una experiencia completa.

Por lo tanto, los creadores y creadoras de arte que necesitan explorar diversas disciplinas para expresarse representan la esencia misma de la creatividad. Estos "creautores" no pueden ser reducidos a la maestría en una sola disciplina; su enfoque es mucho más amplio. A diferencia de aquellos artistas que se limitan a una sola disciplina y tienden a alimentar su ego, los "creautores" buscan la excelencia sin límites, entendiendo que el arte busca libertad y belleza compartida, no la glorificación del ego.

Artur Álvarez

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