28 enero, 2024

El color en la pintura contemporánea

 

"Fuga" de Vasili Kandinski

En la larga historia de la pintura europea, la disputa entre el color y el dibujo ha sido un tema recurrente. Durante siglos, el academicismo había favorecido al dibujo y la línea sobre el color, relegando a este último a un segundo plano discreto. Ni siquiera el romanticismo o el realismo habían logrado subvertir esta jerarquía establecida. Solo algunas figuras destacadas, como Goya o Turner, desafiaron esta norma al otorgar al color un papel protagónico en sus obras, lo que también se observó en parte de la pintura victoriana posterior.

Los impresionistas, por su parte, buscaban emplear los nuevos descubrimientos sobre la luz y la teoría del color en sus obras. Conscientes de la importancia de los contrastes y la disposición de colores puros en el lienzo, buscaban reproducir en la retina del espectador la mezcla de pigmentos que antes se reservaba a la paleta del pintor. Por otro lado, los simbolistas y postimpresionistas, como Gauguin y Van Gogh, utilizaron colores vivos y aplicaron gruesas pinceladas para expresar emociones de manera violenta y liberadora.

La idea de tratar el color en términos musicales, propuesta por Whistler, también cobró fuerza. Kandinsky, un sinestésico que asociaba sonidos y colores, desarrolló una teoría de la sinestesia en su obra "De lo espiritual en el arte". Por otro lado, los fauves exploraron las posibilidades del uso arbitrario del color, como se puede observar en obras como "La Desserte, harmonie en rouge" de Henri Matisse.

Sin embargo, estos usos radicales del color, especialmente en la abstracción, llegaron a escandalizar incluso a artistas como Picasso, quien llegó a cuestionar la búsqueda de la "pintura pura", sugiriendo que podría conducir a la "pura pintura", es decir, una obra de arte reducida a la materialidad del pigmento. A lo largo de la historia posterior del arte, esta predicción de Picasso ha encontrado cierta confirmación, como en el caso de Yves Klein y su identificación del propio pigmento con la obra de arte.

Artur Álvarez


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