14 febrero, 2024

A día de hoy

Cada vez viajo más liviano,
liberándome de cargas superfluas.
Mis sueños no han cambiado de dueño,
dejando marcas sobre ruinas
impregnadas de historias disidentes.
Pero ahora,
las llaves de mis castillos de arena
no se pierden con la misma facilidad
que en la juventud ardiente.
Hoy, la habitación es un refugio
donde flotan los recuerdos
y una dignidad que protege
las torres de mi fortaleza.
Disfruto del silencio de la soledad
y abrazo el sentido común.
Comparto la creatividad,
lejos de egoísmos y traiciones.
Ya nadie dicta mis verdades,
y mi corazón no late al ritmo
de los caprichos adolescentes.
Hoy en día,
celebro cada palabra escrita
como un tributo constante
en el altar de la transformación.





No hay comentarios:

Publicar un comentario